En primer lugar quería desear un feliz 2006 seis a todo aquel que lea este artículo. Con la entrada de este nuevo año entra en vigor una ley que nos pone las cosas difíciles a los fumadores. La ley hace de los lugares de trabajo, de los comercios que así lo decidan y de otros sitios (como universidades, eso es lo que a mí me afecta de lleno) lugares "sin humo". A pesar de ser fumador y de sufrir una tremenda ansiedad en el lugar de mi formación, aplaudo la ley. Siempre he creido en una frase que se repite mucho estos días: "siempre debe primar el derecho del no fumador". Me alegro de que todos aquellos que no fuman se beneficien de no tener que respirar un aire viciado por el tabaco, con las posibles consecuencias que ello acarree a su salud. Los fumadores sólo tendremos dos opciones a partir de ahora: 1) decir adios al tabaco; o, 2) fumar en la puta calle. Vuelvo a repetir que me parece estupenda esta iniciativa por parte del Gobierno. Sólo me resta decir que este año esté para todos cargado de sueños e ilusiones.
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