Epicteto de Frigia afirmaba que el secreto de la felicidad no era pretender que las cosas ocurran tal como uno quiere, sino desearlas tal y como se producen. Quizá tu tuviese razón, pero a veces es complicado desearlas tal cual. Es cierto que tenemos que aprender a aceptar aquello que no podemos cambiar o intentar tener una actitud positiva hacia un futuro que, ante la perspectiva de un presente aciago, siempre es susceptible de mejorar; pero también lo es que si no luchamos será difícil verlo con nuestras aspiraciones y necesidades relativamente bien satisfechas. Quiero un futuro mejor para el mundo, para mi país, para mis seres queridos e incluso para otros que no lo son tanto... pero aún no encuentro la clave para conseguirlo.
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