Desollaron sus muñecas intentando obtener de ellas algo más que su piel, privaron a sus cuencas de los ojos con cucharillas de plata, introdujeron clavos de plomo bajo sus uñas, decapitaron sus senos con una maciza espada y por último le arrancaron el corazón aún palpitante con las manos descubiertas. El amor hace estragos semejantes en el alma.
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