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sábado, 6 de septiembre de 2008

Páramos desiertos

En páramos desiertos
lo descubre como por vez primera.
Oasis de placentera felicidad
tras años de ausencia.
Ebria de su voz,
anhelante de sus caricias.
La obscuridad veló
su gesto de asombro,
cuando sintió la fuerza de sus años,
con que las manos
hacía prisión de las suyas.
Cómo su cuerpo
cubrió su espalda,
sintiendo su decisión irrevocable
de poseerla una vez más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿De quién es el poema? Me ha gustado...