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sábado, 12 de julio de 2008

Opalescente


Extrañarte es parte de este viaje,
del que tú no formas parte.

Extraviado en la ciudad murgitana
de yermos secanos y fecundos plásticos,
mis labios custodian palabras
de estéril orgullo, de verdades mudas, de locuras cuerdas.

Devuelto a esta soledad que agotas,
que tu cetro de arbitraria puerilidad
ha impuesto,
haciendo de una grieta un insalvable abismo.

Y sé,
que no te profeso amor,
ni falsas esperas,
ni llagas atentas de pasos errados…
Es sólo alienado presente de cotidianeidad,
en el que tú no figuras.

En este lecho marmóreo y frío
de austera comodidad,
de hermosura clasicista y pulcritud dolorosa;
te pienso.

Sentimientos callados
han de escupirte a la cara
que pasarás a mi historia
como el impotente que no pudo ser,
porque le faltó la hombría.
Ojalá tu corazón opalescente
(duro, frío, bello)
nunca sepa lo que es amar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ays, Percevalillo, deduzco que lo estás pasando mal... Mucho ánimo, que todo se cura con el tiempo y con nuevas ilusiones.

Un besico grande, guapo.