Injusticia

Hay días en que te desbordas igual que un cántaro y necesitas liberar al exterior todo aquello que arde en tu interior... Cierto es que en la vida nadie te regala nada y que no todo es tan fácil como parece. Este mundo que hemos creado reduce la dignidad del ser humano a una cifra estadística o peor aún, a una cifra económica. Ves como las diferencias son mayores entre los que están arriba y los que están abajo, como el rico se hace más rico y el pobre aún más pobre. Ves como aquello en lo que creías, esos valores que dieron sentido a tu adolescencia, no son más que meras utopías. Y es que no hay otro pecado en esta vida que desear vivirla, exprimirla como una naranja para apurar hasta la última gota. La discriminación se manifiesta de mil maneras, siempre hacia el más débil, cobardemente se ataca al que menos puede defenderse. Y encima esperan aquellos que ostentan el poder que se los trate con respeto y se los reverencie a su paso. ¿Qué autoridad moral tiene aquel Jefe de Estado o de Gobierno que apoya una guerra (sea del signo que sea), aquel patrón que explota un inmigrante irregular y se niega a ayudarle a conseguir obtener la regularización, aquel juez que llega por la noche a su casa y le da una paliza a su mujer, aquel sacerdote que abusa de un niño al que va a dar la comunión, aquel neonazi o skin que apalea a un negro o a un homosexual? Sólo hay una respuesta, ni siquiera merecen la calificación de seres humanos porque no tratan a sus semejantes como tal y tampoco merecen la de animales porque hasta los animales son mas civilizados que ellos. Pero esto y muchas cosas más es lo que trae este mundo que hemos creado...

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