Yo he querido un respeto de cristal.
Que la lluvia viniese sobre mí
con sus alas de tarde,
que la noche difícil se moviera
como un vaso de agua en nuestra mano,
que las enamoradas
buscasen un espejo donde sentir los labios,
y que la historia
con su tacón injusto
no pisara mi vida,
porque la lluvia y yo
y las enamoradas y el espejo
no somos partidarios de los cristales rotos.
con sus alas de tarde,
que la noche difícil se moviera
como un vaso de agua en nuestra mano,
que las enamoradas
buscasen un espejo donde sentir los labios,
y que la historia
con su tacón injusto
no pisara mi vida,
porque la lluvia y yo
y las enamoradas y el espejo
no somos partidarios de los cristales rotos.
Luis García Montero, "Un invierno propio
3 comentarios:
La poesía me gusta infinitamente más que la foto :-P
Odio esa mujer quieta, como estática... ¿No es mucho más sugerente una que apriete la cabeza del hombre contra sí?
Puede ser, pero la foto no fue planeada de antemano sino un momento fugaz capturado por la cámara y que dio la vuelta al mundo.
Vaya. Confieso que eso no lo sabía, jeje
Publicar un comentario