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lunes, 5 de agosto de 2013

Los juegos del asco

Del amor más profundo al asco más absoluto no hay más que una celosía de papel cebolla. Para que se quiebre tan delgada pared sólo es necesaria una fina brisa, que al inflarlo como la vela de un barco, trepanará en ella semejante brecha que ya nada podrá volver a levantar esa frontera. Cuando la mente vuelve al recuerdo, el legado consiste en desprecio desalmado. Aquellas cualidades que nunca te gustaron se vuelven escollos insalvables. Defectos desagradables que sólo despiertan en ti náuseas. Y de pronto adviertes, como esa persona que querías proteger, no es más que un gusano al que te gustaría reventar con el talón de tu zapato a la menor oportunidad. Te parece un ser lamentable y ridículo, y te preguntas cómo pudiste tener tan mal gusto. Y te repites ad nauseam que nunca volverás a cometer tamaño error.

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